mayo 22, 2010

Mensaje del Santo Padre


CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 5 de mayo de 2010 (ZENIT.org).-

El matrimonio es verdaderamente un instrumento de salvación, no sólo para las personas casadas, sino para toda la sociedad", considera el Sucesor de Pedro.
El matrimonio fue lo que subrayó en la audiencia general de este miércoles, concedida en la plaza de San Pedro a más de 30 mil peregrinos, en la que quiso dirigir un saludo especial al congreso sobre la familia que con el título "Amor y vida", se celebrará en Jönköping, Suecia.

El encuentro, que tendrá lugar entre el 14 y el 16 de mayo, es organizado por la diócesis de Estocolmo en colaboración con la Conferencia Episcopal de Escandinavia.

El congreso será inaugurado por monseñor Anders Arborelius, OCD, obispo de Estocolmo, y continuará con la conferencia magistral del cardenal Angelo Scola, patriarca de Venecia, sobre el tema "El plan de Dios para el hombre y para la mujer en el Sacramento del Matrimonio. Mística esponsal".

En la mañana conclusiva, el domingo 16 de mayo, los participantes rezarán el Rosario y convergerán en una histórica procesión por las calles de la ciudad y en la celebración de la Eucaristía.

Dirigiéndose a los participantes, el obispo de Roma les dijo: "Vuestro mensaje al mundo es verdaderamente un mensaje de alegría, porque el don que nos ha hecho Dios del matrimonio y de la vida familiar nos permite experimentar un poco del amor infinito que une a las tres personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu Santo".

"Los seres humanos son creados a imagen y semejanza de Dios, son creados para el amor, y ciertamente en lo profundo de nuestro ser deseamos amar y ser amados a nuestra vez. Sólo el amor de Dios puede satisfacer plenamente nuestras necesidades más profundas y, más aún, a través del amor entre marido y mujer, del amor entre padres e hijos, el amor entre hermanos, se nos ofrece una anticipación del amor sin barreras que nos espera en la vida que vendrá".

El pontífice reconoció que "como todo objetivo que vale verdaderamente la pena perseguir", el matrimonio "comporta exigencias, nos desafía, nos pide estar dispuestos a sacrificar nuestros intereses por el bien del otro".

"Nos pide ejercer la tolerancia y ofrecer el perdón", añadió. "Nos invita a nutrir y a proteger el don de la nueva vida".

"Aquellos entre nosotros que son lo suficiente afortunados de nacer en una familia estable descubren en esta misma la primera y más importante escuela para una vida virtuosa, y las cualidades para ser buenos ciudadanos".

El Papa concluyó animando a promover "la adecuada comprensión y el aprecio del bien inestimable que el matrimonio y la vida familiar ofrecen a la sociedad humana".